Es definitivo. No hay vuelta de hoja. Es historia. 22 años
después, aquel introvertido niño que quiso dejar Barcelona es leyenda del
Barça. Un referente del fútbol mundial. Se va con la misma modestia con la que
llegó. Andrés Iniesta entró a La Masía llorando y de esa forma deja el Camp
Nou. Lo hace con 32 títulos más y el aplauso de unos aficionados que solo con
él dejaron de lado sus colores. Con el ‘ocho’ no hay equipo ni rivalidades.
Solo fútbol. Se marcha de su hogar, de su estadio, de su otra ciudad. Semanas
después de anunciar su adiós, Iniesta ha vivido su última gran noche como
azulgrana.
Completado su último baile, con un Camp Nou entregado para
brindarle el último y definitivo adiós, el manchego ha vestido por vez final la
zamarra azulgrana. No habrá más actos ni más reconocimientos. Japón --previo
paso por Rusia a la conquista del segundo Mundial-- aguarda la llegada de un
futbolista que no pudo contener las lágrimas en su última aparición en la
Ciudad Condal. Muchos seguidores presentes en el encuentro de este domingo
tampoco pudieron hacerlo.
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